
Con estos aires nos mira esta Mantis Religiosa. Estos mantidos son unos modelos perfectos cuando se confían un poco. El problema es precisamente esto que se confíen. Se camuflan perfectamente y adquieren el color del entorno en el que se mueven hasta que llegan a confundirse con las ramas de alrerdedor. Cuando se sienten en peligro, se balancean de manera que simulan el movimiento de las hojas movidas por el viento.
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